11 de mayo de 2012

Gacela del amor desesperado

La noche no quiere venir para que tú no vengas, ni yo pueda ir.
Pero yo iré, aunque un sol de alacranes me coma la sien.
Pero tú vendrás con la lengua quemada por la lluvia de sal.
El día no quiere venir para que tú no vengas, ni yo pueda ir.
Pero yo iré entregando a los sapos mi mordido clavel.
Pero tú vendrás por las turbias cloacas de la oscuridad.
Ni la noche ni el día quieren venir 
para que por ti muera y tú mueras por mí.


Federico García Lorca
(Diván del Tamarit, 1936) 

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